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martes, 19 de enero de 2016

El precio lo pone el mercado


(por Leonardo Cabarcas)

De buenas a primeras, cuando uno escucha que hay que liberar el mercado para lograr precios competitivos, o para poder ser competitivos, uno bien puede pensar que la pelea entre las empresas por ganar el mercado puede provocar también competencia de precios, es decir, en las cosas que uno compra.
Pero en la cadena de cosas que conforman el valor de un producto, parece ser que estamos perdiendo un ítem importantísimo a tener en cuenta. 
En el mercado es competitivo quien logra abaratar costos, que cada una de las partes que intervienen en el producto final logren el menor costo posible.
La mano de obra, el salario que debe pagar el empleador, para una empresa es un costo a contemplar y eso se ve reflejado en el precio del producto final.
 Ejemplo: para muchos países del mundo es muy difícil competir con la mano de obra china ya que los salarios son extremadamente bajos, lo que para el mercado significa: Mano de obra barata. Como resultado los precios de sus productos son altamente competitivos en el mercado.
¿Qué importancia tiene con respecto a Argentina?
Se está observando un estado que despide a sus empleados, los motivos unos los pueden aplaudir y otros repudiar, pero a fin de cuentas es lo que sucede. Aplaudiendo o repudiando, perdiéndonos en esa discusión, no nos dimos cuenta que los privados comienzan a hacerse eco del mensaje.
¿Qué necesita Argentina para abaratar su mano de obra? ¿O para tener una mano de obra competitiva?
Lo primero que necesita es mucha gente necesitando trabajo (demanda laboral).
Esto permite a los empleadores conseguir gente dispuesta a trabajar por menor paga. El que no tiene nada termina agarrando lo que viene, y el que tiene trabajo se ve asfixiado en la presión que siempre habrá alguien dispuesto a hacer lo mismo por menos.
Muchos empleadores adoptan con esto una postura casi extorsiva.
¨Los gremios verán si arriesgan salario a cambio de empleo¨
A una persona le costará negociar su salario porque tendrá muchos competidores para el mismo puesto de trabajo.
Para fines de 2016 se están previendo más de un millón de despidos.
Debemos comprender que esto no es bueno para nadie, bien podría significar más gente en situación de calle. Más gente desesperada por tener un cachito de lo que tienen otros.
Deberíamos ser cautos con la figura del ¨ñoqui¨
Ese que cobra un sueldo sin trabajar. A todos nos molestan los ñoquis, pero he visto mil veces con qué facilidad se puede preparar un ¨ñoqui¨.
Ejemplo: Primero cierro la biblioteca, después de un tiempo despido al nuevo ¨ñoqui¨ del bibliotecario.
Es bueno recordar que más allá de las formas, lo que se busca, es que haya más gente necesitando trabajo. Tengamos trabajo o no, si eso sucede, de alguna manera todos nos veremos afectados, inclusive en eso que tanto preocupa que es la inseguridad.

Puede que en algún momento nos digan que cargarnos nafta por nuestra cuenta está buenísimo y que no necesitamos que lo haga nadie por nosotros.

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