(por Leonardo Cabarcas)
De buenas a primeras, cuando uno
escucha que hay que liberar el mercado para lograr precios competitivos, o para
poder ser competitivos, uno bien puede pensar que la pelea entre las empresas
por ganar el mercado puede provocar también competencia de precios, es decir,
en las cosas que uno compra.
Pero en la cadena de cosas que
conforman el valor de un producto, parece ser que estamos perdiendo un ítem
importantísimo a tener en cuenta.
En el mercado es competitivo
quien logra abaratar costos, que cada una de las partes que intervienen en el
producto final logren el menor costo posible.
La mano de obra, el salario que
debe pagar el empleador, para una empresa es un costo a contemplar y eso se ve
reflejado en el precio del producto final.
Ejemplo: para muchos países del mundo es muy
difícil competir con la mano de obra china ya que los salarios son
extremadamente bajos, lo que para el mercado significa: Mano de obra barata.
Como resultado los precios de sus productos son altamente competitivos en el
mercado.
¿Qué importancia tiene con
respecto a Argentina?
Se está observando un estado que
despide a sus empleados, los motivos unos los pueden aplaudir y otros repudiar,
pero a fin de cuentas es lo que sucede. Aplaudiendo o repudiando, perdiéndonos
en esa discusión, no nos dimos cuenta que los privados comienzan a hacerse eco
del mensaje.
¿Qué necesita Argentina para
abaratar su mano de obra? ¿O para tener una mano de obra competitiva?
Lo primero que necesita es mucha
gente necesitando trabajo (demanda laboral).
Esto permite a los empleadores
conseguir gente dispuesta a trabajar por menor paga. El que no tiene nada
termina agarrando lo que viene, y el que tiene trabajo se ve asfixiado en la
presión que siempre habrá alguien dispuesto a hacer lo mismo por menos.
Muchos empleadores adoptan con
esto una postura casi extorsiva.
¨Los gremios verán si arriesgan
salario a cambio de empleo¨
A una persona le costará negociar
su salario porque tendrá muchos competidores para el mismo puesto de trabajo.
Para fines de 2016 se están
previendo más de un millón de despidos.
Debemos comprender que esto no es
bueno para nadie, bien podría significar más gente en situación de calle. Más
gente desesperada por tener un cachito de lo que tienen otros.
Deberíamos ser cautos con la
figura del ¨ñoqui¨
Ese que cobra un sueldo sin
trabajar. A todos nos molestan los ñoquis, pero he visto mil veces con qué
facilidad se puede preparar un ¨ñoqui¨.
Ejemplo: Primero cierro la
biblioteca, después de un tiempo despido al nuevo ¨ñoqui¨ del bibliotecario.
Es bueno recordar que más allá de
las formas, lo que se busca, es que haya más gente necesitando trabajo.
Tengamos trabajo o no, si eso sucede, de alguna manera todos nos veremos
afectados, inclusive en eso que tanto preocupa que es la inseguridad.
Puede que en algún momento nos
digan que cargarnos nafta por nuestra cuenta está buenísimo y que no
necesitamos que lo haga nadie por nosotros.
Clarito Clarito. Bravo (no Fernando)
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