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martes, 18 de octubre de 2016

12 de Octubre de 2016/1492 la complicidad interior






(L.C)

Muchas veces solemos acusar los problemas con la mirada hacia afuera. Y así, acusamos a los intérpretes de los distintos saqueos realizados.
En casi todos los casos olvidamos la complicidad interior para que eso suceda.
Sin la complicidad interior no es posible, y no hubiese sido posible llevar a cabo ningún tipo de saqueo, ni conquista, ni ofrenda.
Tanto en el pasado como estos días. 
En Argentina nos enojamos con los ingleses por la guerra de malvinas, lo irónico del asunto es que nuestros propios soldados han sido tratados mucho mejor por los ingleses luego de la rendición que por los superiores a cargo en plena guerra.
Los insultamos por la guerra y olvidamos al propio gobierno de facto proclamó una guerra inútil con el solo fin de ocultar el desmadre económico, político y social que se vivía. 
A ésos no le reclamamos nada por mandar a pibes de 17 años a una guerra sin siquiera saber cargar el arma.
Muchos países miran a los invasores con saña, pero olvidan frecuentemente quienes fueron aquellos que colaboraron a que la invasión sea posible.
Culpamos al FMI, y olvidamos quienes abrieron las puertas y pidieron préstamos asfixiantes enterrando a una sociedad en deuda.
Culpamos también a españoles y portugueses, y olvidamos quienes abrieron paso por las pampas, las llanuras y las selvas, mostrando el camino a seguir para dar fin con los pueblos originarios.
Hoy culpamos a los bancos y las multinacionales que saquean y se apropian de la mano de obra y los recursos, y olvidamos quienes son los que abren las fronteras y benefician a un mercado por encima de las personas.
Nos molesta la mentira, pero la asimilamos como propia.
Muchos latinos hablamos de la irrupción violenta de la iglesia durante la conquista, pero mayormente América Latina profesa la religión católica.
Para representar a las personas de un pueblo elegimos empresarios multimillonarios que amasaron su fortuna a expensas de armas y dictaduras.
También pedimos libertad de expresión y toleramos medios masivos privados de comunicación en manos de un pequeño puñadito de personas.
La complicidad interna...
Sin la ayuda de los conocedores del terreno no hay forma que se puedan transitar esos caminos.
Debemos tener presente y saber quienes son los que ponen en bandeja los recursos y la soberanía de los pueblos en manos de aquellos que su única bandera son el mercado y los negocios, lo mas probable es que al comienzo de ese camino nos encontremos con nosotros mismos.

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