(Rodrigo Avelleira)
La Sociología (así, a mayúsculas) es una ciencia que muy probablemente la pueda llevar adelante cualquiera. De hecho sus tratados son de observación y meditación de los hechos ocurridos en una sociedad que van generando una constante; pero que están al alcance de todos (y todas, perdón pero por acá hace mucho que no se las escucha). Y ejemplos sobran
- Qué querés si Messi se crió en Cataluña!. Sociología
- BLACK FRYDAY TODO A MITAD DE PRECIO. Sociología
- Un cantante deja que la gente complete el estribillo (no uno, todos, salvo Thom Yorke). Sociología
- El problema son los negros (o los Africanos, o los mexicanos, o los bolivianos, según la región). Sociología nefasta…..y dominante.
Así los vientos, desde que algún griego se sentó a pensar cómo gobernar a un pueblo que no se ve ni se conoce; ya que el hasta entonces sistema de tribus elegía o no a un jefe de un lugar donde todos conocían sus nombres y sus necesidades bastante rápido; el miedo ha sido elegido por el hombre como la mejor forma de dominio para hacer fuerte la jefatura de un estado, imperio, reinado o lo que fuere. Gobiernos de pocos que dirigen y legislan la vida de millones (en algunos casos miles de millones) que habitan rincones de un territorio extenso y desconocido para el gobernante, rey, emperador. Seguramente, y acá mi sociología de teclado y mate, transfieren el miedo que le da semejante tarea y lo implanta en ésas poblaciones, casi como un reflejo instantáneo de autodefensa a su impotencia. Algunos han sido explícitos en la imposición del miedo desatando grandes masacres planeadas de manera minuciosa y que despiertan el tan temido Mr Hyde que todos guardamos adentro…..sí, no mires para otro lado, un pacifista entra a su casa y descubre a un tipo armado intentando dañar a alguien amado, Mr Hyde. Sociología, de nada.
Vivo en una tierra donde el miedo reinó de manera formativa y definitiva durante 50 años, pero de modo letal en los últimos 7 de su recorrido, hasta 1983, donde gobernantes impuestos por las armas anularon la ley madre, cerraron la legislatura y planearon una masacre que, entre cadáveres aparecidos y no, picanas y vuelos de la muerte; sembraron su mejor obra, durante tantos años dos frases dominaron la escena nacional en la política y en la vida diaria de la calle, de los subtes, de las oficinas. “No te metás”, “Algo habrá hecho”. y el “Zurdo” como fuente oscurantista del mal. El contexto internacional empujaba a esto. Nosotros, argentinos, somos permeables a lo que dicen en Europa (nos queremos parecer a ellos, una suerte de Sindrome Estocolmo masivo) y a lo que dicen en EE.UU. (queremos vivir como ellos, con Mickey Mouse y todo, la cantidad de chicos que canjean el viaje de egresados colectivo a Bariloche por uno personal a Disney es llamativo). Vivir y parecer, léase bien. Sociología del conflicto.
Ahora el miedo es otro, subyació siempre en el fondo del mar espeso de las dictaduras y las democracias tropezadas de nuestro país, es algo como el hijo rengo del que dirán; y es el miedo a quedarnos solos, a que nos hayan abandonado. Lo primero que hizo el actual presidente fue ir a uno de esos foros en los que nunca nadie nos dio pelota salvo para darnos órdenes y que les sirvamos el café, en Davos, ha ratificar que no se habían olvidado de éste rincón sur del mundo, fácilmente olvidable. 12 años de una intentona bastante efectiva de independencia de varios intereses que nos pisaban la cola fueron intolerables para las viejas castas argentinas bien pensantes, sus tataranietos hoy en el poder de nuevo. Lo curioso y adonde no llego aún es que esta vez, por suerte y no tanto, arribaron al estado de la mano del ciudadano que lo votó. Para que eso ocurra, darse un tiro en el pie, pasaron varias cosas que no son materia de estas palabras hoy, si quizás otro día; pero que nos llevaron a correr la mira y el interés tantas veces, que confundimos nuestro pie con el del enemigo. Otra vez rengueando y pidiendo enfermeros al norte.
Evitando el bodoque intelectualoide tan peligroso, acogoto la idea y la hago chorrear en ésta ex página en blanco. El primer disparate sociológico y fundante de éste estado de las cosas (el conformismo con la actualidad se resume a un puñadito de personas en el mundo que no casualmente son los que eligen el destino de todos, por eso les gusta lo que sucede) es haber creado pueblos de miles de kilómetros y millones de personas de distintos climas, lenguas, costumbres, intereses y leyes, para que los gobierne uno solo y los someta a una forzada ley general y a muchas leyes particulares aún más incómodas. Ésta situación forzada, imposible, es la raíz de la cultura absolutista que hoy predomina, oriente y occidente. Las figuras individuales vendidas a millones como el benefactor es tan absurdo como el logro y la marcha de ése trinufo. Hagan el ejercicio, cuenten qué pasa cuándo un presidente y algún ministro o secretario se acerca a un ciudadano de la Puna, pregúntenle a ésa persona después, cuán par se ven, qué influencia tienen las leyes dictadas a miles de kilómetros de ahí, por personas que jamás los vieron a sus rostros, pisaron su suelo, miraron su cielo. Que nunca ni cerca, han respirado su aire.
Una señora de mas de 60 comenta hoy a la mañana, que habrá que pagar la factura de gas con un 1000 % más en el invierno más crudo de los últimos 10 años. Y que así lo debe hacer su padre de 89 años, debido al despilfarro de los últimos 12 años y que se la tendrá que bancar. la pregunta inevitable y que fue hecha es simple, cómo llega a tanto odio para justificar semejante destrozo en la vida propia y la de su padre?, la señora no contestó. El ejemplo doméstico apunta a la pretenciosa e imposible tarea de intentar leyes para el bien común; no lo hay. Somos 40 millones de personas encerradas en fronteras impuestas por colonos hace más de 200 años donde deben convivir forzadamente distintos hábitats, idiomas, costumbres, culturas, creencias, objetivos; poco en común hay entre un habitante del Chaco impenetrable y un rosarino; entre un porteño y un patagónico del centro de Santa Cruz, entre la señora y yo ……y muy probablemente su padre.
Somos un rejunte amontonado de muchísimas culturas destrozadas por una que predominó por la fuerza y la violencia; de ése estado pasaron apenas cien años (Roca aniquiló a los indios de la Patagonia en 1880), pero ésta característica no es sólo argentina (oh dios, cómo puede ser que no seamos únicos) en la India debe haber un premier que está obligado a gobernar a cuatro grandísimas religiones en un país de mil millones de habitantes, cuatro credos absolutamente enfrentados entre sí, con costumbres y culturas diametralmente opuestas; cuatro religiones grandes y decenas de pequeñas, en un país religioso; inverosímil, imposible, las pruebas se desbordan de la vista. Pero el país fue cosido a mano por Inglaterra, hace muchísimo, y abandonado a su suerte teledirigida desde el viejo continente. Algo similar pero con matices diferentes sucede en China, ni hablemos de Brasil. Gobiernos de pocos para millones que no se reconocen entre sí. Hace varios años una pareja muy joven, porteñísimos, comían en un bolichón de Tilcara, ella le comenta al novio la cantidad de bolivianos que había en el pueblo, él le dijo que sí, que estaban muy cerca y que vivían en una crisis constante y casi una guerra civil y se escapaban a los territorios más pacíficos como el nuestro (sociología de la ignorancia), quien escribe éstas líneas se acercó tímidamente y en voz baja les dijo, son jujeños, argentinos, kollas como en Bolivia, son el mismo pueblo con una frontera en el medio que les pusieron. Me miraron de forma extraña, remitieron un …..claaaro, y siguieron ensoñándose en una tierra extraña. Increíblemente bajo las mismas leyes dictadas por tipos muy parecidos a ésos chicos.
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