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viernes, 26 de agosto de 2016

Borrón y cuenta nueva






(Rodrigo Avelleira)

La desdichada frase del presidente, el recuento de su propia ignorancia elegida (son 9 mil, 30 mil, que hay un muro que dice) y así nomás, con una sonrisa incómoda, pozo de otro sapo; el presidente de la nación decide aburrirse con uno de los hitos históricos fundantes de la patria que él mismo preside. A ésta altura y ya sin desprevenidos, los crímenes de la dictadura descriptos hasta por los mismos asesinos son como el cruce de los Andes de San Martín y su ejército; tamaña ignorancia la de Mauricio Macri; los lujos de la vulgaridad.
Entre medio, el ingeniero antes empresario con negocios junto al estado, ahora estado que se junta con sus negocios (lío?, no, Argentina); pisó el palito y rotuló con la revoleada minimalista frase “ guerra sucia” tipificando el asunto. Nadie conoce aún una guerra limpia como para que diferencias higiénicas tan tajantes de golpe sean una realidad tan masticada. Y la gran pregunta asoma y nadie ni siquiera la señala…..9 mil está bien? Así se acepta?; por qué no lo dirá como lo siente?. “fueron 9 mil nada más, no es para tanto” y de un portazo clausura la historia.
El tema de la cuenta nace cuando, con la vuelta de la democracia, Alfonsín encarga a un grupo de notables la confección de un informe y una comisión que trabaje sobre él con los testimonios de las víctimas sobrevivientes; el recuento de testimonios excedió la estimación. Fueron más de 9 mil, las carpetas gordas y sangrientas en manos de Ernesto Sábato, un Alfonsín ojeroso y espantado, son la foto de aquellos días. El informe se llamó Sábato, la comisión fue la CONADEP, el libro publicado es el Nunca Más. La segunda edición ya tenía más de 12 mil testimonios, cada nueva edición y por varios años, fue sumando voces, historias, dolores, de ahí los fantasiosos 9 mil.
Años después y con el juicio a las juntas pasado y pisado, todos encontrados culpables e insólitamente libres y algunos aún conservando sus trabajos; el general Díaz Bessone es engañado por una periodista francesa de nombre Marie Robin que supuestamente apoyaba la causa militar, confiesa que seguramente fueron más de 20 mil, y el cree que las organizaciones de derechos humanos no exageran sino que más bien tienen la certeza de la víctima, el victimario no hace cuentas ni se preocupa por sus records. Años después Videla, en el testimonio de los juicios que lo llevaron a la carcel otra vez y hasta que sus huesos hicieron polvo para hormigas, dijo que inclusive podían ser más, pero nadie hace esas cuentas. No hay estadísticas, hay muertos y vivos, según su tradicional laconismo. Tachar 21 mil de un plumazo, un presidente, deshonra la lucha y la búsqueda, hacerlo desde la cifra de muertos es siniestro. Y decir que están en una pared por eso no importa cuántos, ahí están; la pared de un espacio de memoria y homenaje que él no pudo evitar ir ya que su par (¿?) de USA lo iba a hacer y por no quedar mal, tapándose la nariz fue, paseó su turbia complicidad pegadito a la pared que le cosía una sombra a su paso que él desobedece despectivo, ése muro es la construcción de la muerte hecha por criminales con el claro motivo de instalar un orden económico que favorezca a los monopolios empresariales, a favor del capital, en contra de la fuerza laboral; una de esas empresas es la suya.
SOCMA (Sociedades Macri) es una empresa fundada por Franco Macri, italiano de profesión albañil y que supo hacer sus buenos contactos con la logia P2, liderada por Pescarmona, hombre de negocios y matanzas. A 1975 SOCMA llega con 7 empresas, sale de la dictadura con 53; financia el entrenamiento que las tropas militares reciben en la Escuela de las Américas, allí perfeccionan aquello que aprendieron de las tropas francesas que invadieron Argelia en la década del 50. Tal escuela era un aguantadero de la CIA con sede en la sucursal de la republica de Panamá. Hacia alli fueron nuestros boys, todo pago por Macri, Techint, Fortabat, y varios etcéteras. Una noche del año 1981 el gobierno militar decide a través de su economista
estrella recibido en Harvard Domingo Cavallo, entonces presidente del Banco Central, pasar los 39 mil millones de dolares de deuda privada al estado, así es que SOCMA pasa a cero su cuantiosa deuda de más de 300 millones. Los nombres de “ese muro” luchaban en contra de ésas políticas, pelearon hasta la muerte para que no suceda lo que benefició de por vida a
Macri, hoy presidente elegido por un coro que no tiene ni idea de cómo cantar pero gritó hasta no escuchar nada más, ni siquiera escucharlo a él que se denuncia solo.
Por si hace falta, la información del crecimiento patrimonial de la familia del presidente es una investigación que se llevaba a cabo dentro de la Comisión Nacional de Valores (donde figuran las acciones de todas las empresas y su historia) el objetivo era establecer de modo legal la complicidad que de sobras se conoce entre los asesinos y los que se beneficiaron del obvio silencio de los asesinados y desaparecidos. Dos días despues de asumido Macri desarma la comisión investigadora, otra vez la historia tachada, rengueando. No sólo las investigaciones apuntaban a SOCMA, sino a aquellos que lo prepararon, financiaron y sostendrán cuando el agua pase el cuello de los millones que van a padecer y ya lo hacen, de la reinstalación del gobierno de las empresas.
Los números no van a cerrar sin ellos, nunca. En una economía capitalista la única discusión posible es una parte del capital para los trabajadores, algo más o menos, en esa tensión un gobierno presidido por uno de los directores de un grupo empresario de los más ricos de la Argentina reubica el capital de donde nunca debería haberse ido. Por eso su desdén como presidente de la nación por uno de los períodos más sangrientos y desastrosos de nuestra historia no es una burrada, es la materialización de un proyecto con las mismas intenciones que aquel, recuperando un terreno perdido y con la violencia necesaria para volver a pisar en los lugares que habían perdido.
Nadie es bruto en este lugar. Todos cumplen un plan y posicionan un proyecto. Los únicos capaces de combatirlo son aquellos que vuelven a perder terreno en el reparto del capital. Van goleando. Y hacen las cuentas nuevas después del borrón.

1 comentario:

  1. Excelente nota.
    El cinismo es alto: cómo si en verdad importara un número...

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